sábado, 3 de diciembre de 2011

ZP, a los pies de Merkozy, malvende la Finca España y nos convierte en esclavos de la deuda privada

"Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa"
(K. Marx & F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848)


La reforma exprés de la Constitución Española para limitar el gasto público es una imposición de Merkel y Sarkozy que el servil Zapatero se ha empeñado en acelerar, con el inestimable apoyo del PP. El objetivo, según medios alemanes, sería fortalecer el FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) y convertirlo en una especie de 'Fondo Monetario Europeo' que se alimente de dinero público, pero que no rinda cuentas políticas.

La medida es de nula legitimidad democrática. Y supone, además de una pérdida de soberanía evidente, elevar a la categoría de ley un déficit público cercano a cero que, según no pocos economistas, responde a los intereses del capital privado, que deprimirá la economía durante décadas, que precarizará aún más a trabajadores y pensionistas y que nos convertirá en esclavos de la deuda. No pública, pero sí privada, a la que ningún político pone coto.

La canciller alemana y el presidentito francés, convertidos en una especie de consejeros delegados de los intereses del oscuro poder financiero que gobierna el planeta, también están intentando imponer las medidas de austeridad en sus respectivos países. La diferencia es que no lo tendrán tan fácil como en la Finca España, SA.

De hecho, agencias de noticias publicaban ayer en Alemania las muchas críticas que está recibiendo Merkel desde distintos frentes, también desde sus propias filas. Aparte de la canciller, los políticos alemanes no tienen nada claro que vayan a aprobar la ampliación de competencias al FEEF para que compre títulos de la deuda pública de Estados en dificultades -como España o Italia- en el mercado secundario, tomando el relevo del BCE.

El diario económico 'Handelsblatt' desveló que los textos que amplían los poderes de lo que cada vez se parece más a un Fondo Monetario Europeo están redactados de tal manera que el Parlamento, tradicionalmente soberano en materia presupuestaria en Alemania, sólo tendría un mero papel de espectador.

Las cosas se complicarán para Merkel si el 7 de septiembre, el Tribunal Constitucional emite un fallo contrario respecto a la primera ayuda a Grecia. Según los expertos, los jueces podrían exigir que los procedimientos de ayuda contemplen un mayor papel del Parlamento.

En Francia, tampoco pintan del todo bien las cosas para Sarkozy. De hecho, 'Financial Times' calificó la cumbre franco-alemana del 17 de agosto, la que culminó con la carta a Van Rompuy, como "una ayuda de Merkel en la batalla doméstica de Sarkozy". Es más, FT apuntaba que Sarkozy no tendrá nada fácil colar la 'regla de oro' del equilibrio presupuestario que él mismo ha propuesto para toda la Eurozona ni en el Parlamento ni en la Constitución galas, porque no cuenta con el apoyo de la oposición.

En esa ominosa carta, Merkel y Sarkozy intentan impulsar las medidas aprobadas el 21 de julio con motivo del segundo rescate a Grecia y proponen al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, aberraciones tales como: "Aplicar reformas estructurales en toda la Eurozona, especialmente en el mercado de trabajo y pensiones, retirar los fondos estructurales y de cohesión a los países uno cumplan el objetivo de déficit", e "incluir la regla de equilibrio presupuestario en cada Constitución de los países de la Eurozona. Por si fuera poco, plantearon a Rompuy que se convierta en el Presidente del Euro sin ser elegido democráticamente.

Dicha misiva pone a las claras, pues, la intención de precarizar a toda la Eurozona. Lo que pasa es que, apelando a las falacias del nacionalismo rampante, poco o nada les impide apretar las tuercas a los periféricos endeudados y/o rescatados, humillados bajo el calificativo de PIIGS (cerdos). La enésima ocurrencia procedente de Alemania ha sido exigir garantías materiales a cambio de la ayuda a los países estresados. Pero no cualquier tipo de garantía: La ministra de Trabajo alemana ya ha apuntado a su oro.

En la misma deriva antidemocrática, se manifestó el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, el mismo viernes, 19 de agosto. Aseguró sin despeinarse que "los Estados miembros de la UE estudian medidas como alguna forma de tutela o el abandono de una parte de su soberanía presupuestaria para los países incumplidores del Pacto de Estabilidad y Crecimiento".

No ha hecho falta que se lo repitan dos veces. El lacayo Zapatero se ha dado prisa en cumplir los deberes en agosto, en el último estertor de la legislatura, sin debate, sin referéndum y sin legitimidad democrática. Ya el pasado 19 de agosto, el Consejo de Ministros coló vía Real Decreto una modificación en la ley de Presupuestos para ampliar las garantías asumidas por España a favor del FEEF hasta un total de 92.543,56 millones de euros, desde los 53.900 millones de euros que había comprometidos hasta ahora.





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